Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:
contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.
Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!
Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.
No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.
Los ignorantes no filosofan ni desean hacerse sabios,
pues en esto estriba el mal de la ignorancia (...) Así, el que no cree estar
falto de nada no siente deseo de lo que no cree necesitar.
Platón
Luz... Cuando mis lágrimas te alcancen la función de mis ojos ya no será llorar, sino ver.