A los que puedan oírme les digo:
No desesperéis, la desdicha que padecemos
No desesperéis, la desdicha que padecemos
no es más que la
pasajera codicia y la amargura
de hombres que temen seguir el
camino del progreso humano.
El odio de los hombres pasará y caerán los
dictadores,
y el poder que le quitaron al pueblo se le
reintegrará al pueblo,
y así, mientras el hombre exista, la libertad no
perecerá.
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